lunes, 27 de octubre de 2014

Presentación de "Crítica y Estilos de Insumisión"

Este miércoles 29 de octubre a las 18.30 en el Instituto Gino Germani se presenta Crítica y Estilos de Insumisión

ÍNDICE 
Oriana Seccia y Claudio Martyniuk. “Prólogo”
Silvia Rivera. “Ludwig Wittgenstein y Fritz Mauthner. “La dimensión trágica del ejercicio crítico”
Mauro Benente. “Poder, ética y sujeto en Michel Foucault. Dudas sobre el cuidado de sí como práctica de resistencia”
José Bellido. “Los rastros de Pierre Legendre en Enrique Marí”
Oriana Seccia. “Diferencia e indiferencia en el pensamiento social contemporáneo. Apuntes para una ciencia social retórica”
Esteban Dipaola. “Verdad y negación del sexo. Una hermenéutica de la sexualidad posmoderna”
Magalí Haber. “(Re)montando imágenes, gestos y palabras: El pasado reciente argentino y las producciones estético-testimoniales de sus herederos”
Paula Viturro Mac Donald. “La revolución de lxs “nada”: una aproximación al debate sobre orientación sexual, identidad de género y discriminación”
Cornelia Vismann. “Las lecciones de escritura del derecho”
Claudio Martyniuk. “Abstracción de lo sensible, impertinencia, esperanza, expediente”


miércoles, 22 de octubre de 2014

Reforma del Código Procesal Penal ¿Cómo pensar nuevas prácticas con sujetos formados con las viejas prácticas?

Si bien no he leído el proyecto de reforma del código procesal penal y cuando lo lea no voy a emitir mayores opiniones porque no es un tema que maneje en profundidad, sí me interesa remarcar que me preocupa la instauración de la prisión primitiva por razones de “conmoción social” y también la expulsión de extranjeros –siendo que la problemática distinción entre nacionales y extranjeros la he abordado en otras oportunidades por ejemplo acá-. Dicho esto me interesa complejizar la discusión.
Con motivo de pensar el caso boliviano como una transición hacia alguna forma de socialismo, estoy trabajando lo que creo que representa una gran dificultad: ¿Cómo pensar transiciones hacia lo nuevo con sujetos formados por lo viejo? ¿Cómo pensar nuevas políticas con sujetos formados por las viejas políticas? La construcción de la subjetividad se delinea en la bisagra, en el umbral, de las tecnologías de gobierno y las tecnologías del yo y el gran dilema que aparece es: ¿Qué esperar, si se quiere avanzar en cambios emancipatorios, de esos sujetos formados y autoformados por aquellas prácticas que desean modificarse? Bajo estas preguntas, que por ahora no tienen respuesta, es que estoy trabajando teorías de la transición.



En el último capítulo de Estado, Poder y Socialismo (1978), Poulantzas –además de modificar sustancialmente su enfoque estructural funcionalista de Poder político y clases sociales en el Estado capitalista­ (1969)- planteaba que el desafío de una vía democrática al socialismo (que no hay que confundir con vía pacífica) o de un socialismo democrático era: “cómo emprender una transformación radical del Estado articulando la ampliación y la profundización de las instituciones de la democracia representativa y de las libertades (que fueron también una conquista de las masas populares) con el despliegue de las formas de democracia directa de base y el enjambre de los focos autogestionarios.
La línea marcada por Poulantzas es interesante, pero no por ello ajena a dificultades. No queda muy claro qué hacer cuando esa democracia de base no existe ni, agregaría, tampoco contamos con sujetos constituidos en prácticas democráticas radicales. Cuando se sancionó el nuevo Código Civil algunas voces (acá) postularon que la mayor participación popular hubiera transformado al Código en más progresista, y que la concentración de poder siempre tiende a prácticas conservadoras. No solamente estas miradas piensan al poder de modo institucional y bajo sus propias premisas podrían encontrarse ejemplos históricos de condensación de poder con cambios estructurales muy beneficiosos para los sectores populares, sino que no hay garantías que una mayor participación democrática -construida y subjetivada bajo lógicas conservadores- hubiera devenido en un código más progresista. Esto no implica tomar partido por un elitismo ni una tecnocracia, sino tomar muy seriamente el problema de cómo pensar la participación política de sujetos formados y autoformados bajo prácticas e instituciones conservadoras.
Si tomamos el caso del código procesal penal, entiendo que los enunciados sobre la expulsión de  extranjeros y la prisión preventiva con motivo de “conmoción social” retoma parte de esa opinión pública estructurada a partir de empresas mediáticas (no democráticas, no abiertas a la participación popular pero sí muy abiertas a las inversiones privadas). ¿Qué mirada esperar de aquellos que se subjetivan y se construyen a sí mismos como sujetos espectadores? ¿Cómo pensar una seguridad democrática cuando los sujetos se subjetivan a partir de discursos de seguridad reaccionarios? Mientras intentamos responder estas preguntas es claro que uno de los objetivos sería construir otros espacios, distintos y distantes, en donde puedan desarrollarse prácticas que construyan otros sujetos políticos. Creo que el kirchnerismo ha perdido esa oportunidad histórica en el 2003-2005 cuando Néstor Kirchner mantuvo buenas relaciones con varios movimientos sociales, y creo que cierto apoyo actual en y a La Cámpora y Unidos y organizados es un intento de recuperar cierto tiempo perdido. Por ahora es difícil evaluar el potencial de estos espacios –muchas veces bastardeados por las empresas mediáticas-, pero no es difícil pronosticar que los sectores políticos que reducen la política a repartir globos y destacar la personalidad cultural de Marcelo Tinelli, o que desde el comedor de Mirta Legrand instan a despertar en los televidentes su lado más reaccionario y junten firmas para decirle no a un proyecto de código penal, no están pensando en construir espacios en los cuales la construcción de la subjetividad se realice a partir de prácticas democráticas.

Todavía con algunas dudas, creo que la expulsión de los extranjeros y la prisión preventiva por motivos de “conmoción social” recoge cierta demanda popular construida bajo las peores prácticas, y es por ello que debe enmarcarse dentro de ese gran nudo, difícil de desatar, que se pregunta ¿cómo pensar nuevas prácticas  con sujetos formados con las viejas prácticas?