martes, 18 de noviembre de 2014

Las ausencias del 13N

Entiendo que es bastante frecuente situar la clave de la política en aquello que se dice, que se manifiesta, que se expone públicamente, pero creo que también es interesante tratar de entender lo que se expone a la luz de lo que se esconde, lo que se dice a la luz de lo que se silencia o de lo que simplemente se susurra. No se trata de pensar lo político a partir de las ausencias, sino de mostrar cómo ciertas ausencias permiten comprender de modo más preciso aquello que se hace presente. Según creo, a partir de este juego de oposiciones es posible sacar algunas conclusiones sobre el 13N.
Es claro que una primera aproximación a las ausencias del 13N no puede sino hacer foco en la escasa participación, en la ausencia de individuos en las calles, y dentro del juego de oposiciones que propuse, un contraste interesante indica que en la convocatoria figuraban esquinas de los barrios más acaudalados de la Ciudad de Buenos Aires, pero no había puntos en los barrios más pobres. 



Más allá de la escasa convocatoria, uno de los grandes focos de queja ha sido la corrupción, y es así que una pancarta rezaba –en una lógica de reducir lo político a lo monetario-: “Para los K la década ganada, para el pueblo la década afanada.” Aquí es interesante tener en cuenta que quienes se han manifestado en contra de la corrupción estatal –por cierto repudiable- posiblemente nunca se hayan manifestado en contra de la corrupción privada, dentro del cual se inscribe un gran abanico de prácticas que van desde la evasión y elusión impositiva hasta la contratación de trabajadores sin registrar. Exponer solamente la corrupción estatal no solamente silencia la corrupción privada, sino que si tomamos la experiencia menemista como laboratorio conceptual nos permite extraer algunas conclusiones.

Afortunadamente para una gran parte de la población hay un sentido común que indica que el menemismo fue una década infame. De todos modos si se expone a la década menemista solamente como una década corrupta, se está ocultando aquello que es al menos tan escandaloso como la corrupción: el neoliberalismo. En este punto resulta por demás interesante que en las protestas de la segunda parte de la década de 1990, los movimientos sociales que resistían al neoliberalismo no centraban su atención en la corrupción sino que articulaban sus reclamos en torno a derechos y a políticas. Reclamaban por el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la tierra, y acompañaban la realización de estos derechos con propuestas políticas concretas: no al pago de la deuda externa, la estatización de las empresas privatizadas bajo control de trabajadores y usuarios, etc.

En el 13N las demandas no se articularon en torno a los derechos: nadie pedía por el derecho de los trabajadores despedidos de Lear, ni por mayores sueldos para los trabajadores de la educación y la salud, ni por el derecho a la tierra vulnerado por el extractivismo. Tampoco se exigieron políticas públicas concretas, y estos silencios permiten alumbrar lo que se exponía en la frase: “Para los K la década ganada, para el pueblo la década afanada.” Si algunos sectores de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires han perdido ciertos privilegios durante esta década, ello no se explica –incluso cuando efectivamente existan- por prácticas de corrupción, sino por prácticas políticas y de consagración y materialización de derechos de los sectores más postergados de la sociedad. Aunque personalmente creo que se podría haber avanzado mucho más, buena parte de los derechos materializados en la asignación universal por hijo, el aumento del presupuesto educativo y las moratorias jubilatorias, necesariamente han implicado atenuar algunos privilegios de las clases más favorecidas. Sin embargo al enunciar que estas pérdidas se deben a la corrupción, al afano, se silencia la opinión que estos sectores privilegiados tienen sobre estas políticas que consagrando derechos intentan atenuar la escandalosa situación en la que todavía viven los sectores más excluidos de la sociedad. No nos cuentan, quizás porque no se atreven a exponerlo públicamente, si están dispuestos a perder sus privilegios (no sus derechos) para que otros se acerquen a un nivel de vida menos angustiante.

Asimismo, otro de los focos ha sido la inseguridad, que también supone un tipo de reclamo que oculta mostrando, porque por un lado expone un tipo particular de inseguridad –la inseguridad de ser arrebatado de los bienes-, pero esconde otro tipo de inseguridades –la inseguridad de perder el empleo, de no llegar a concluir los estudios primarios o secundarios, de no contar con los insumos en un hospital-. Esto no implica negar que la inseguridad de bienes y la violencia que acompaña algunos delitos contra la propiedad sea un grave problema a resolver. Simplemente, y nuevamente, rastrear en lo que se silencia permite alumbrar aquello que se enuncia: parece claro que quienes piensan solamente en la seguridad de sus bienes no creen que el camino para lograrla sea avanzar en políticas que garanticen las seguridades laborales, educativas y sanitarias.  

Según creo, este juego de ausencias y presencias permite no solamente llamar la atención sobre lo que no estaba en la agenda del 13N, sino que además permite leer con mayor precisión aquello que sí estaba enunciado. Lo que resta es analizar si este mismo juego de oposiciones permite dar luz ya no sobre los reclamos de algunos manifestantes, sino sobre las proclamas publicitarias de ciertos candidatos.

                            

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Debates con Luis Villavicencio y Alejandro Médici

El año pasado en Rosario, en las jornadas de filosofía del derecho, tuvimos un panel de discusión -intensa pero respetuosa- con Luis Villavicencio (Valparaíso-Chile) y Alejandro Médici (La Pampa). Luis presentó "Mujeres indígenas, cultura y derechos. Hacia una integración articuladora" y Alejandro "El constitucionalismo transformador sudamericano como fundamentación de la teoría constitucional." Yo presenté "Mujeres indígenas, cultura y derechos de otra cultura" realizando algunas críticas a Luis y "Las fracturas del constitucionalismo transformador" exponiendo algunas diferencias con el trabajo de Alejandro. Acá se pueden leer los trabajos y las críticas, que se publicaron hace poquito https://www.academia.edu/8987184/Mujeres_ind%C3%ADgenas_cultura_y_derechos._Hacia_una_articulaci%C3%B3n_integradora