Ayer tenía ganas de escribir algo
sensato sobre la muerte del fiscal Nisman, pero me parecía que lo único sensato
era el silencio. Hoy creo que se puede intentar balbucear algo sobre lo
sucedido ayer a partir de la noticia de su muerte. Sobre su muerte creo que lo
mejor es mantener silencio.
Durante la mañana y las primeras
horas del mediodía los medios de comunicación profesaban lo obvio: se trata de
un hecho muy grave, hay que investigar lo sucedido, el gobierno debe despejar
las dudas, hay que guardar las supuestas pruebas de Nisman sobre el
encubrimiento de la causa AMIA. Macri y Massa también se calzaron el traje de
profetas de lo obvio, y luego de entrenar sus mejores caras de preocupados,
repitieron lo mismo que exigían los medios: la gravedad, la investigación, las
dudas repitiendo las mismas palabras: gravedad, investigación, dudas, pruebas. Mientras
tanto los medios exigían que Cristina Fernández apareciera en la escena del
circo para realizar más o menos las mismas piruetas.
Por la noche, casi a la misma
hora en que Cristina hizo circular una carta no muy afortunada, irrumpió algo
que no esperaba: algunas esquinas y algunas plazas se colmaron con individuos
con carteles y proclamas que rezaban: “Yo soy Nisman.” Sobre esto quisiera
detenerme, puesto que me ha costado decodificarlo.
En primer lugar no creo que el “Yo
soy Nisman” sea un reconocimiento a su labor como fiscal de la causa Amia
puesto que dudo que quienes se manifestaron estuvieran al tanto de las 260.000
páginas (fojas) que tiene el voluminoso expediente. Tampoco creo que sea un
reconocimiento por la denuncia contra la Presidenta, puesto que nadie ha leído
las 350 páginas de la denuncia. Según intuyo, pero con muchas dudas, el “Yo soy
Nisman” se inscribe en una sospecha hacia el gobierno. De hecho, creo que una
buena parte de quienes que se manifestaron ya eran opositores antes de la
muerte de Nisman.
A horas de la noche la fiscal del
caso ya había sostenido que no había una tercera persona en la escena del
crimen, pero me parece muy interesante que parte de la población descrea de los
relatos judiciales y siga sospechando del gobierno. Sin embargo, sobre este
punto, me interesa detenerme en tres puntos:
1- Si usted cree que Nisman se
suicidó por las respuestas gubernamentales frente a la denuncia, debería saber
dos cosas: 1- Por un lado es esperable que ante una acusación se enuncie una
defensa. “Si usted es Nisman” debería saber esto; 2- Por otro lado el debate con acusaciones
cruzadas forma parte de la política. Si usted sale a la calle por su compromiso
con su país debería saber de qué se trata la política;
2- Si usted cree que a Nisman lo
mataron los servicios de inteligencia, o se suicidó por presiones de los servicios,
y culpa al gobierno por no haber democratizado a los servicios, debería saber
dos cosas: 1- Por un lado estamos de acuerdo en que el gobierno –ni este ni ningún
otro de la recuperación de la democracia- no ha democratizado los servicios de
inteligencia pero; 2- Tenga en claro que la democratización de estos servicios
no se hace con el diálogo republicano que usted tanto pregona. Meterse con los
servicios no es tan sencillo, y quizás puede traer consecuencias tan terribles
como las de Nisman.
3- Si usted cree que a Nisman lo
mató el gobierno tenga en claro lo siguiente: 1- El pasado no se puede conocer,
pero a partir de ciertas medidas es posible construir un relato más o menos
plausible. “Si usted es Nisman” sepa que Nisman era fiscal y si trabajaba bien
no construía esos relatos escuchando a los profetas de lo obvio, ni (solamente)
a partir de supuestos y prejuicios que estaban en su cabeza. Nisman no hubiera
salido a ninguna plaza pensando que un gobierno había matado un fiscal porque
todavía no tenía pruebas para sustentarlo; 2- Si a Nisman lo mató el gobierno,
entiendo que usted salió a repudiar un acto de violencia institucional. En ese
caso me gustaría verlo en esas calles y plazas ante otros episodios de
violencia institucional como la represión de la protesta social o el gatillo fácil.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿está seguro que usted es Nisman?
Más que la noción de conciencia
de lo que uno es (“conciencia de clase” de cierto marxismo), me atrae la
corrección de ranceriana de una conciencia de lo que uno puede dejar de ser y
llegar a ser, pero aquí quisiera recordar que en algún trabajo Gramsci sostenía
que buena parte de las rebeliones y manifestaciones son protagonizadas por sectores
populares, pero la clave era si tenían conciencia de la dirección política de
esas manifestaciones. La manifestación de ayer no fue protagonizada por los
sectores populares. La manifestación de ayer no tuvo una dirección política
visible, pero quizás los profetas de lo obvio estuvieron en su configuración.
Mauro, tu punto 2.2. es problemático (y no). ¿Te parece que merece la respuesta "Meterse con los servicios no es tan sencillo, y quizàs puede traer consecuencias terribles"? Hay algo o vacío, o medio facho en la respuesta. Trataría de mejorara por dos razones: me parece el debate interesante que abre toda esta locura, y sería bueno que se debata no como una "cuestión de compleja no republicanizable"
ResponderEliminarTenés razón Mariela, no fue una frase feliz pero apuntaba a lo que vos decís. Gracias por marcarlo.
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